“Doscientos
reales que así mismo gasta esta villa (de San Pedro de Escañuela)
en la fiesta que hace anualmente de Candelaria en que se incluye el
sermón y cera.”
Éstos
pues eran los gastos para la fiesta de la Candelaria que el
Ayuntamiento de Escañuela le dedicaba, sería una fiesta
importante comparando con lo que se pagaba por los diferentes oficios
de los profesionales que venían a prestar sus servicios.
El Real
era una moneda de plata con el peso de 3'35 gramos que circuló por
Castilla desde el siglo XIV hasta mediados del siglo XIX. Fue muy
famosa la moneda múltiplo de ocho reales llamada el Real de a Ocho a
cuya imagen y semejanza se instituyó más tarde el Dolard Americano.
El Real de a Ocho tuvo vigencia en todo el mundo, hasta en la China y el Japón, en donde por orden de los respectivos emperadores se
resellaban las monedas con un pequeño cuño acreditando su valor y
circulación. La plata castellana tenía un prestigio mundial.
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Real de la época. |
El
maravedí o moravetín, en cambio fue una moneda de cuenta, y esto es, al igual que ahora decimos el precio en pesetas, por emplo, un millón
de pesetas son seis mil euros y mucha gente habla en millones. Las pesetas ya no existen pero
hacemos cuentas con ellas. El sistema monetario castellano estaba ligado al sistema del oro musulmán y el maravedí tenía como modelo al dinar almorávide y la dobla castellana que era a imagen de la dobla almorávide.
El real tenía el valor de treinta y cuatro maravedíes, y dieciséis reales equivalían a un escudo de oro, es decir dos monedas de real de a ocho. Todo ello desde la Pragmática de Medina del Campo emitida por Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón, los Reyes Católicos, en el año de 1497, y ni que decir que estas monedas formaron parte del mundo global de los siglos XV al XIX, en el antiguo régimen.
El real tenía el valor de treinta y cuatro maravedíes, y dieciséis reales equivalían a un escudo de oro, es decir dos monedas de real de a ocho. Todo ello desde la Pragmática de Medina del Campo emitida por Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón, los Reyes Católicos, en el año de 1497, y ni que decir que estas monedas formaron parte del mundo global de los siglos XV al XIX, en el antiguo régimen.
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Zenón de Somodevilla, marqués de la Ensenada. |
El texto
que nos ocupa pertenece al Catastro del Marqués de la Ensenada que
se realizó a partir de 1749 en la corona de Castilla y sus quince
mil lugares a excepción de las provincias vascongadas que estaban
exentas de pagar impuestos y cuyos habitantes tenían el privilegio
de nobleza menor por el hecho de haber nacido en estas tierras
vascas. El Catastro fue ordenado por el rey Fernando VI y bajo la
petición de el marqués de la Ensenada. En el susodicho Catastro se
interrogaba a las autoridades de los diferentes lugares de Castilla
acerca de cuarenta preguntas, aquí la que nos ocupa es la pregunta
número veinticinco. Todas las respuestas se verificaban con
precaución.
“25-
Qué gastos deben satisfacer el común, como salario de justicia y
regidores, fiestas del Corpus u otras, empedrado, fuentes,
sirvientes, etc. de que se deberá pedir relación auténtica.”
“A la
veinticinco dijeron que esta villa no paga salario alguno a la
jurisdicción ni regidores, y sólo contribuye con noventa reales al
médico por las asistencias que se ofrecen en este pueblo viniendo
desde la villa del Villardompardo donde tienen su residencia, al
cirujano con cincuenta reales, al barbero y sangrante con otros
cincuenta reales, al aladrero otros cincuenta por venir todos los
susodichos de fuera, aparte al escribano de “fechos” contribuye
con otros cincuenta y como doscientos cuarenta reales que se gastarán
en las fiestas de Corpus. Doscientos reales que así mismo gasta esta
villa en la fiesta que hace anualmente de Candelaria en que se
incluye el sermón y cera. Noventa reales que así mismo paga
anualmente por el ajuste que tiene hecho con la parte de su Majestad
por el cuarto en libra de jabón. Y como ciento cincuenta reales que
según experiencia de los que declaran se gastarán anualmente en el
importe de las veredas que se despachan por el señor intendente de
la ciudad de Jaén y teniendo asimismo otros diferentes gastos en los
repartos de las casas de ayuntamiento, cárcel y pilar, composición
de calles, empedrados, caminos y veredas, pozos y gastos de papel
sellado para el libro del ayuntamiento, importando todos los gastos
que se le ofrecen a esta villa según prudente regulación mil cien
reales anuales por lo que es notorio que los valores de dichos
propios equivalen con corta diferencia a los expresados gastos y en
caso de que algún año sobra después de pagados los gastos alguna
cantidad de maravedíes esta se aplica a la paga del cabezón que
esta villa tiene hecho con la parte de su majestad por razón de
sisas y servicio ordinario rebajándose el repartimiento que se debía
hacer a los vecinos y responden...”
Decir
que un Aladrero es un carpintero que hacía mangos de azada,
amocafres, etc. así como otras herramientas de madera. Que el
Cabezón de su Majestad era un impuesto de la corona que cargaba a
los vecinos por cabeza, de ahí su nombre aplicado por diferentes
conceptos como pudiera ser el de tierras sin cultivar, y finalmente
que una libra se corresponde con 453'59 gramos en el sistema decimal.
Las
costumbres que han perdurado de la Candelaria en Escañuela son las
candelas o chiscos, lumbres que los vecinos o instituciones encienden
el día dos de febrero, hechas con ramón de olivo y en donde también se quemaban muebles y enseres viejos, entorno a las cuales se come, bebe, se cantan
y se bailan melenchones y canciones de los chiscos como en la víspera de San Antón. Se hace una misa con la bendición de las candelas, velas de cera
blanca, y procesión chica alrededor de la Iglesia intramuros o
extramuros como el Domingo de Ramos. Estas velas se guardaban todo el
año y se encienden contra tormentas, enfermedades y para prevenir
calamidades. En 1985 la Cofradía de la Virgen de
Alharilla tomó este festejo por pertenecer al ciclo de la
Encarnación, que es su advocación y por celebrarse la Purificación
de la Virgen María.
Las candelas como los chiscos de San Antón tenían su ritual y había dos formas de encenderlas dependiendo del viento. En los lugares donde no hacía viento se formaba un cono alto hecho con haces de leña y se le prendía fuego. Otra forma de encenderlos es la que hoy perdura y parte de un montón al que se le va añadiendo leña, y costumbre es que los asistentes tienen que participar echando al fuego cuando menos una rama y circundar el fuego tres, siete o doce veces en el sentido de las agujas del reloj mayormente, sobre todo en la Candelaria, que también se hacía con los animales domésticos como en San Antón, y todo ello una vez que el fuego estaba más reducido.
Las candelas como los chiscos finalizaban con las "paces" y hacer las paces del chisco era un juego relativamente peligroso que consistía en que dos pandillas de chicos jovencitos se lanzaban brasas armados con ramas de olivo como bastones. Esto se hacía al final y tarde cuando todo el mundo se iba y aunque tenía sus reglas, no podían subir las brasas más arriba de la cintura, casi siempre terminaba alguien con el pelo chamuscado.
Las candelas como los chiscos de San Antón tenían su ritual y había dos formas de encenderlas dependiendo del viento. En los lugares donde no hacía viento se formaba un cono alto hecho con haces de leña y se le prendía fuego. Otra forma de encenderlos es la que hoy perdura y parte de un montón al que se le va añadiendo leña, y costumbre es que los asistentes tienen que participar echando al fuego cuando menos una rama y circundar el fuego tres, siete o doce veces en el sentido de las agujas del reloj mayormente, sobre todo en la Candelaria, que también se hacía con los animales domésticos como en San Antón, y todo ello una vez que el fuego estaba más reducido.
Las candelas como los chiscos finalizaban con las "paces" y hacer las paces del chisco era un juego relativamente peligroso que consistía en que dos pandillas de chicos jovencitos se lanzaban brasas armados con ramas de olivo como bastones. Esto se hacía al final y tarde cuando todo el mundo se iba y aunque tenía sus reglas, no podían subir las brasas más arriba de la cintura, casi siempre terminaba alguien con el pelo chamuscado.
Finalmente
doy las Gracias a Beatriz Pedrosa por su ayuda, quien por cierto es
la persona que más ha estudiado e investigado sobre Escañuela, gracias amiga.
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página transcrita del Catastro del Marqués de la Ensenada. |